Wednesday, September 26, 2012

Belona Dea Urbis..VII


es cierto…
pero hace mucho que la Libertad, se ha vengado de ellos, quitándoles
toda fuerza, y condenándolos a llevar una vida de fantasmas…
la Libertad mata aquello que no puede salvar;
donde no existe la Libertad, no existe un Pueblo;
no os detengáis sobre esas ruinas…
son malsanas como las de Pastum…
de esas páludes mefíticas que guardad el cadáver de un Pueblo,
no se exhala sino el vaho de la Muerte…
pasad…
pasad…
el huracán que viene tras de vuestros pasos, sanará la atmósfera, secará las aguas
del pantano, purificará el fango, y, creará un nuevo pueblo, sobre el sitio insalubre
de aquel « spoliarium» de esclavos…
esta guerra que ha destruido tantos pueblos, creará otros nuevos…
las cenizas serán fecundas.
¡ Saludemos esa próxima Aurora!,
no digáis mal, de aquel que viene a la hora del Crepúsculo a juntarse
a los peregrinos en marcha, que ven con estoica resignación morir el Sol;
pero, mirad fijamente a aquel, que viene a la hora de la aurora, a la hora triunfal,
en que el Sol victorioso alumbra las sendas tortuosas, y, los peligros vencidos en
el corazón de las selvas traidoras, para unirse a aquellos, que después de haber
vencido las tinieblas, marchan resueltamente hacia los esplendores del Triunfo;…
preguntad a ese compañero, salido del matorral obscuro, que busca uniéndose
a la caravana, en esa hora ascendente de la luz y la Victoria;
la estrella de Alemania, declinaba en un horizonte de desastres, bajo un cielo
palideciente, lleno de una insondable angustia;
la águila negra, herida en el corazón volaba tan bajo, que parecía arrastrarse
clavando en el suelo sus garras ensangrentadas;
la Civilización, había acosado los bárbaros y, los arriaba de victoria en
victoria hacia la selva negra;
tierras estremecidas y reconquistadas, sollozaban de placer,
y sus entrañas
 conmovidas, exhalaban un suave perfume, como el himno de su liberación;
bajo las tierras liberadas, los muertos eran como un gran corazón enterrado,
palpitante de gratitud, y, enamorado y gozoso;
ellos vivían y velaban en esa matríz generosa, que es la tierra, fecundada por
su sangre;
todo, hasta las ruinas, parecían florecer en esperanzas, bajo su manto de cenizas;
la Europa Vencedora, marchaba resueltamente a la Victoria final, cargando con
los laureles de cien batallas, cuando un nuevo luchador armado de punta en blanco,
ofreciéndole el apoyo de sus armas sin historia;
los Estados Unidos, han entrado en la guerra;
este gesto heroico de aquella que otros han dado en llamar la Gran Democracia,
sorprende y desconcierta;
Mercurio, ciñéndose de súbito los arreos de Marte, sin descalzarse las sandalias
aladas, ni renunciar al caduceo, es algo inquietante y vano, que llama grandemente
a la meditación;
desde los tiempos de Cartago, ninguna democracia más poderosa, había entrado
a pesar en los destinos del Mundo…
monetizada y sin ideales, de rodillas ante el Lucro, ese infame Penate, de los mercaderes,
alto, como una montaña, la águila de su escudo no había tenido el vuelo más allá del
campo de oro de sus monedas circulantes;
cuando Washhington, que tenía más la talla de un Pastor que de un Libertador,
guardó su espada y se dió a filosofar sobre la vida, en los campos de Mont-Vernon,
pudo decirse que la « edad heroica» , de la naciente plutocracia, había tenido fin;
un tumulto de esclavos, como aquellos que Roma encargaba el cuidado de apaciguar
las fauces insatisfechas de sus leones y de sus panteras, le dió lugar a batallas domésticas,
en las cuales, soldó con sangre, los cuarteles de su escudo pronto a romperse en dos;
después, como los mercaderes de las tierras púnicas, dejó a sus mercenarios, el cuidado,
de proteger y de acrecer las tierras de la República;
ellos cayeron, sobre México, y, le arrancaron sus más bellas tierras, los más bellos
florones de la vieja corona azteca, que los soldados de la Repúblicas y, la sombra de
los emperadores difuntos, no alcanzaron a proteger con sus heroísmos desmesurados,
y la inmutable grandeza de su historia de prodigios;
cuando el sueño de Bolívar, quiso completarse, con el sueño de Martí , y, la Estrella
Solitaria, pestañeó débilmente en las virginidades del cielo, los mercenarios sintieron
celos y temor de aquella estrella que surgía, lejos del sistema de sus constelaciones, y
se propusieron aprisionarla en la red de su bandera;
pensaron los mercenarios ingloriosos que Cuba libre, sin ellos, podía ser Cuba libre
contra ellos, y, cayeron sobre Cuba, para aprisionarla con el aleve pretexto de libertarla;
y, la heroica antilla, no fué libre;
fué una colonia más de la República modelo;
un cafetal aledaño, a las grandes posesiones del Imperio del Dólar…
la Estrella Solitaria, no fué ya sino la Estrella Tributaria, fatalmente atraída, y desaparecida
en el sistema planetario de la bandera estrellada;…
sin otra brújula que su codicia, aventuraron sus naves en el desierto de los mares orientales,
y con el pretexto de libertar a Filipinas, la aprisionaron también…
y, el archipiélago malayo, caído de las mandíbulas ya desarticuladas del viejo león hispano,
fué presa de las jóvenes garras, que las águilas yankees afilaban contra los rudos peñascos
del Despojo;
los mercenarios, que se llenaban de botín por todas partes, pero, de gloria, por ninguna,
tropezaron en los mares del Sur, con cintillo de esmeraldas vírgenes, que alzaban al cielo
sus cabujones en forma de montañas;
eran las islas de Hawaii…
las robaron también;
y, la República « Modelo» , la República Conquistadora, clavó su bandera en los islotes
pródigos, y, en nombre del Derecho del más Fuerte, es decir, de la Fuerza, que es la ne-
gación del Derecho, aprisionó la Reina de Hawaii, y, la llevó a morir de hambre en un
suburbio de Washington;
¿qué harían después de eso, los mercenarios sin empleo?
¿romperían sus escudos, contra los muros de la República, que no les ordenaba ya
nuevos despojos?
¿qué harían ahora los barcos fenicios, a bordo de los cuales, los pescadores de pueblos,
no sabrán qué hacer de sus redes, hechas inútiles?
¿es qué no existía la Fe Púnica?;
la Fe Púnica, iba a ser puesta en acción;
y, en nombre de la Fe Púnica, Panamá, fué arrebatada a Colombia…
lejos de mí, toda sentimentalidad, enfermiza, de esas que degradan y, extravían el
corazón de los hombres cuando de cosas suyas se trata…
aquel mundo que tan fielmente me lee, sabe bien que yo no soy uno de esos sitibundos
de aprobación, que tienden sus labios hacia las copas del aplauso, sus labios trémulos
aún del decir de la Mentira;
por Apóstol de la Verdad, me tengo y Apóstol de la Verdad soy;
ni me ciega la visión de las manos plandentes, ni tengo el culto de las palabras
claudicantes;
por eso siempre que este asunto de Panamá trato, yo, olvido, como olvido casi
siempre, el rudo y agreste peñón en que nací;
y, no por tratarse de Colombia, ha de ser mi manto de disculpa o perdón, para los
crímenes de Colombia, tierra de esclavitud y de abyección, que para deshonrar todos
los yugos ha sufrido también el de la Conquista;
yo, sé bien que fueron, la corrupción y la vanidad, de los políticos, colombianos,
las verdaderas causantes de la separación del Istmo;
yo, sé, cuando Roosevelt, dijo eso para insultar a los políticos colombianos, dijo una
Verdad y, deshonró el Insulto;
yo, sé como Colombia lo sabe, y, el Mundo todo debe saberlo, que fue José Manuel
Marroquin,  Presidente de Colombia, el que vendio el Istmo;
 y, que los Estados Unidos no hicieron sino comprarlo;
pero… cómo negar que Colombia toda fué la cómplice de aquel cacógrafo nulo y venal,
que no tuvo otros títulos para llegar al Podes, y conservarse él, que su traición y su
ineptitud?
nadie mejor que ese bufón de corrillos, representó esa tierra desgraciada, loca de amor,
por todo lo que sea mediocre, hipócrita y venal;
yo, sé bien que fueron colombianos, los que con Amador Guerrero a la cabeza, fueron a
Washington a negociar la venta de Istmo, y llevaron consigo los millones del Soborno;
yo, se bien que Esteban Huertas, el indio felón y traidor, que entregó su espada, y proclamó
el despojo de su Patria, era Colombia, no como el ejércido de los indios sumisos que vendió;
yo, sé que Rafael Reyes, la hiena renca, que hoy pasea su demencia peroratriz por tierras de
America, mandado para reconquistar el Istmo, no lo reconquistó porque estaba vendido de
antemano;
yo sé todo eso…
no niego nada de eso…
pero, la Corrupción de Colombia, no disculpa, la actitud de los Estados Unidos,
explotando esa corrupción, para desmembrar un país al cual habían jurado defender...

 ¿no eran los garantes de su Integridad?
¿qué hicieron después de ese despojo vil?…
emprender la Conquista pacífica de Venezuela;
y, para ello, Mr. Knox, fué a Caracas;
sabía sin duda la existencia de Manuel Antonio Matos, « Arlequín fenicio» ,
aquel ambiguo avaro y felón, que no sale de los lodazales del Vicio, sino para entrar
en los pantanos del Crimen, y contó con él;
aquel mismo ridículo, respondió a la llamada del oro, como responde a todas las caricias,
y, la Convención, que mediatiza a Venezuela quedó concluída;
y, la tumba de Bolívar, que había creído libertar la America, quedó en tierra enfeudada
al yankee, vendida a su influjo, bajo la sombra invisible de su bandera estrellada…
un instante de tregua de los mercenarios…
¿a dónde se dirigen luego?
van contra México;
esta vez han encontrado un Pueblo ante ellos;
no son ya las tribus muelles y envilecidas, sin noción de lo heroico,
casi desaparecidas en la esclavitud, y miserablemente vendidas por sus amos,
que encontraron en Colombia y Venezuela;
es un país organizado, lleno de ideales pletóricos de energías, que oponen su
heroísmo como una muralla, al poder de las olas invasoras…
las olas se rompen contra la muralla y, se retiran en derrota…
en su descenso, hallan un islote indefenso…
y, lo barren…
es Santo Domingo... 

¿qué van a ser ahora, los vencidos de México?
se preparan a ser los Vencedores de Europa…
ellos y sus colonias, han declarado la guerra a Alemania…
los violadores del Derecho en América, se hacen los defensores del Derecho,
en Europa;
vienen a defender el derecho de las « pequeñas nacionalidades»
ellos… que han hecho de las pequeñas nacionalidades de America, feudos y
predios suyos…
vienen a restaurar la soberanía de Bélgica, de Servia de Montenegro, violadas por
Alemania…
¿ quién restaurará la Soberanía de Cuba, Panamá, Nicaragua, y Santo Domingo violadas
por los Estados Unidos?…
ellos vienen a castigar la felonía de Alemania, que ha violado la fe jurada, porque siendo
por un Tratado, garante de la Integridad, de Bélgica, la ha violado, violando ese Tratado;
ningún vengador más autorizado de esa felonía que los Estados Unidos, que estando por
un Tratado, comprometidos a defender la Integridad de Colombia y su dominio sobre el
Istmo violan esa Integridad y le arrebatan ese Istmo?

¿qué corazones más puros, limpios de toda mancha de crueldad, para pedir cuentas a
Alemania, de sus crueldades en Bélgica, que los de aquellos que vertieron sin temblar
la sangre del pueblo desarmado en Veracruz, y, fusilaron contra una muralla, los cadetes
de la Escuela Militar?
¿ quién con más derecho a protestar contra la Conquista y las brutalidades de los
conquistadores, que aquellos que se han demostrado desnudos, en las plazas de Santo
Domingo, afrentando las familias, y, han asesinado los ancianos y, perseguido y fusilado
en los campos, niños-héroes, que dispararon contra ellos?
ningún campeón del Derecho, más autorizado, que este, que los ha violado todos;
la Europa, tiembla de emoción viéndolos llegar;
la noble y generosa Francia, los saludos con sollozos en la voz… ¡la Nación del Heroísmo,
ha sufrido tanto!
la voráz y fuerte Inglaterra, ve llegar sus hijos de allende del mar, los descendientes de
aquellos que un día partieron del corazón de las tinieblas nórdicas, y fueron los duenos
de mares y de tierras remotas, conquistadas con su acre y tenaz energía;
Alemania, en un orgasmo de Servidumbre y de Idiotía, los ve llegar con temor, aunque
finja despreciarlos, por boca de sus mariscales, que a todas las embriagueces unen la de
la Imbecilidad;
hay un concierto de aplausos en rededor de estos bárbaros lejanos que vienen a defender
la Civilización…
otros, los han precedidos, y han hecho el homenaje, más o menos espontáneo de su sangre,
en los altares de la Civilización;
los indios, los zulúes, los melgachos, han venido de más lejos, traídos por Inglaterra,
para morir en Europa, protestando contra el derecho de Conquista;
los hijos de esas pequeñas nacionalidades de Asia y de África, han venido a sacrificarse
por la Independencia de las « pequeñas nacionalidades» , de Europa;

 ¿no es eso muy conmovedor?
ahora, toca su turno a los Estados Unidos…
traerá este nuevo campeón del Derecho, los soldados de sus colonias americanas para
pelear en tierras europeas;

 ¿nos será dado ver las pequeñas nacionalidades, atrailladas de America, venir a combatir
por las pequeñas nacionalidades, violadas en Europa?
¿habrá también zulúes, melgachos y hotentotes en America?
dejadme dudarlo;
no tengo el derecho de ultrajar a aquellos que no he visto delinquir;
si los mayorales de esos feudos prestan sus mesnadas, a la Metrópoli,
en cuyo nombre
 los explotan, nos será dado ver la dolorosa ignominia, de rebaños de hombres alquilados
para morir…
y, en ese caso, lo que debiera ser heroísmo, es vasallaje;
ese agiotismo de la sangre, ejercido por los pretores, criollos, para proveer de carne
de cañón a sus amos de Washington, sublevaría el desprecio del Mundo;
demasiado sé yo, y todos lo sabemos, que las colonias con gorro frigio, que llevan el
escudo de su irrisoria soberanía, como el cuartel aquel de Rey de los Judíos, que sus
verdugos pusieron sobre el patíbulo del Nazareno, para añadir la mofa a la ignominia,

han declarado la guerra a Alemania...
espontáneamente…
desde luego… espontáneamente…
en uso de su « Soberanía»
dejadme reír de esa Espontaneidad…
y, de esa Soberanía…
dejadme reír, ya que no puedo abofetear el rostro del César,
que asoma por sobre el hombro del Pretor…

Si los soldados de esas Islas, y, esos Istmos conquistados y, encadenados,
vinieran a Europa a lidiar y, morir por su cuenta, como hombres libres de
países soberanos… ¿quién no se descubriría ante estas legiones de héroes,
venidos de tan lejos, para hacer el sacrificio de su Vida, a la Augusta Libertad?…
pero así, a seguimiento y, por orden de los Estados Unidos, alquilados a ellos para
morir;… no merecerían sino Piedad…
una triste Piedad… nacida de las entrañas del Desprecio…
felizmente, ese bochornoso espectáculo nos será ahorrado, y las Tetrarquias
yankees, en nuestra América, no llevarán su heroísmo oficial más allá del papel,
ni usarán otra máquina de guerra que la máquina de escribir, y se limitarán a prestar
sus costas y sus aguas, para que la marina de los sajones de América, vigile y persiga
desde ella, el filibusterismo trágico de los sumergibles teutones;
esa actitud de obediencia retemplará el vigor de sus cadenas;
los pueblos, no beneficiarán nada, de este vasallaje pasivo…
pero… los Pretores, ¡ ah! los Pretores lo beneficiarán todo…
se movilizarán en sus curiales, y, tendrán todo el aspecto de un Tetrarca auténtico... 

¿bajo el yugo de Roma?
no : bajo el yugo de Cartago;
dejemos a un lado, esos cartagineses del trópico, reinando a la sombra de sus cafetales
en flor, y volvamos la vista a Europa, a la trágica y gloriosa Europa, que se desangra
en el más desastroso drama de hombres, que han presenciado los siglos;
entre clamores y, derrumbamientos, que parecen desorbitar el carro mismo de las estrellas...
y, miremos fijamente, este nuevo aliado, que viene por sobre montañas de agua,
para poner su espada en la balanza de los destinos del Mundo…
¿ qué formidable Brenus, es este, que surge así formidable, como si saliese de las entrañas
del Cáos?
¿ cuál es la gloria de esa espada, que puesta ahora en la balanza, hace aparecer,
la de Arminius ligera y tan frágil, como el ala de una mariposa muerta?
¿cuál es la historia?
¿qué hombre ha salvado?
¿qué pueblos ha libertado?

 

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