¿Quién desencadena sobre la Tierra, este río tormentoso
de la Vida, que va por entre las dos riberas inmóviles
de la Muerte, perturbando su Eterna Serenidad? el Destino.
¿quién alimenta el vértigo de esas olas del Dolor,
que pasan como una inundación, sobre las praderas
silentes de la Tierra?...
¿quién?
el Hombre;
el Miedo, que reina como Soberano en el corazón
del Hombre, es el que perpetúa este río de Miserias,
que viene de lo Desconocido, y hacia lo Desconocido va,
extendido como un largo brazo de Castigo sobre la
desnudez salvaje de la Tierra.
La Vida, no es la locura de los dioses;
es: su Imbecilidad.
Bendecir a Dios, es bendecir el Dolor, la Miseria
y la Muerte, que fluyen de él como fuentes inagotables;
toda Oración, es un beso a la cadena.
Dios es la amenaza del Hombre;
he ahí por qué el Hombre le levanta templos, no
para honrarlo, sino para desarmarlo;
no hay en el Hombre, Amor de Dios, sino Temor
de Dios; y, no agradece en su corazón los bienes
que cree haber recibido, sino que tiembla ante los
males, que Dios pueda desencadenar sobre él;
de ahí su Adoración.
La Vida, es un Dolor, porque es una Esclavitud;
y, la más vergonzosa de todas las esclavitudes:
la Esclavitud Voluntaria;
¿qué nos impide romper esa Esclavitud y,
libertamos de la Vida?...
el Miedo;
¡el Miedo! he ahí el único dios, por el cual y
para el cual vivimos sobre la Tierra;
somos los esclavos miserables, del más vil de los
Ídolos: el Miedo;
Dios es el Miedo;
el fantasma de nuestro Miedo, alzado en nuestro corazón;
y, por eso lo adoramos;
y, dondequiera que tendáis la vista, no veréis
sino hombres de rodillas ante Dios...
es decir: prevaricando en el altar del Miedo;
una Sombra, que adora otra Sombra;
una Miseria, temblando ante otra Miseria;
una Mentira, de rodillas ante otra Mentira;
he ahí lo que es el Hombre de rodillas ante Dios;
porque en la vastitud del Mundo, Dios es un miraje,
superpuesto a otro miraje, bajo el candor mentido
de los cielos que no existen, y la debilidad precaria de la Tierra,
que es apenas una apariencia de existir.
Y, ¿es que no hay un Hombre Libre bajo la amenaza de Dios,
y la agresión constante de los hostiles brazos de la Tierra?
sí;
aquel que ama la Muerte;
el Amor apasionado de la Muerte, es el rayo de
Libertad que queda en el corazón del Hombre
Fuerte, de aquel que no ha sido, ni deformado ni
envilecido por las manos crueles de la Vida;
tal vez, ese corazón fué en otro minuto de la Eternidad,
el corazón de un Sol;
y, de los átomos de esas divinas cenizas, se formó
ese Amor sublime de la Muerte, que es el Himno de la
Libertad, cantado en el corazón de aquellos que
no nacieron para esclavos.
¿No habéis sentido nunca la Divina Exaltación,
que se apodera del ánimo, en esos momentos de Fuerza,
en que vencedores de nosotros mismos, sentimos el deber
de libertamos de la Vida, y de precipitarnos con los
brazos abiertos, para escapar de ella, por ese
paralelogramo de sombras, que son los brazos de la Muerte?...
la embriaguez de la Victoria, no se conoce sino en
esos momentos;
cerca a vosotros, un arma, acaso pulida y diminuta,
como un dije de mujer;
y, esa arma está pronta a matar el Mundo porque el Mundo,
no existe sino en vosotros, y como una refracción de
vuestro yo, pronto a romperse y desaparecer;
la Vida, esa terrible Vida, que os amenazaba y os
atormentaba hasta hace poco, tiembla sumisa cerca de nosotros,
porque sabe que vais a destruirla;
el Infinito al frente; virgen de todo vuelo, y abierto
a la fantasía de las alas;
el Infinito sin Dios;
porque cuando hayáis hecho polvo vuestro cerebro,
habréis matado a Dios, porque Dios no vive sino allí; Dios es
una creación de vuestro cerebro;
¡vencedores de la Vida!
¡vencedores de Dios!...
¡qué oculta Fuerza se apodera entonces de vosotros!
poner la mano sobre el corazón, ese corazón, cuyas
tormentas os han hecho sufrir tanto, y saber que va a
apaciguarse para siempre, y que dentro de pronto habrá
dejado de latir, en virtud de un gesto imperativo de
vuestra mano, hecha Omnipotente con el solo hecho de
vencer la Vida;
mirar el Sol, y saber que tenéis el poder de apagarlo,
porque al cerrar nuestras pupilas para siempre,
muere en nosotros el Sol; y, fuera de nosotros,
¿qué es el sol?
la Vida, somos nosotros; fuera de nosotros, no hay
sino la Nada; como en nosotros;
somos una ficción de la Nada;
tener en sus manos, el poder de detener la Vida,
es tener en ellas, un minuto de Omnipotencia, y eso,
expande sobre el corazón, la alegría de un joven dios
que bajara sobre la Tierra;
porque el Suicidio, es eso:
una divina embriaguez de Omnipotencia.
Todo Amor envilece;
pero, es el Amor cobarde de la Vida, el que envilece más;
es por ese instinto degradante, de la más baja animalidad,
que la Vida nos posee;
por ella somos sus esclavos, y su juguete;
no hay cobardía, no hay bajeza, no hay Crimen,
que el hombre no sea capaz de cometer, por ese amor
infame de la Vida;
y, esta querida miserable, sabe, como todas las queridas,
engañar al Hombre, abandonándolo en el momento en que
más enamorado está de sus caricias;
justo castigo a la Insensatez de amarla;
en cambio, la Muerte, no engaña nunca, porque la Muerte,
es la Certidumbre;
la Muerte no miente, porque la Muerte es muda;
la Muerte no nos traiciona, porque la Muerte es Eterna;
su beso es el sello de la Eternidad...
el único amor que no se agota, está en ella;
ella os abre sus brazos sin gestos, y su boca sin palabras;
os abraza, os besa, y calla...
porque en el seno de la Muerte, no reposa sino el corazón
eterno del Silencio;
y, es sobre el ritmo de ese corazón, que vamos a dormimos...
es el solo corazón que no engaña.
¡Cómo nuestra Vida se parece a un naufragio,
cerca a las costas inmóviles, bajo los cielos en cólera!...
¡gritar! y, ¿para qué?...
¿quién ha de oírnos?...
sólo responderá a nuestro grito, el grito de otros náufragos,
desapareciendo bajo las olas, o abrazados a los mástiles rotos,
en actitud de prolongar su agonía...
¡insensatos!...
¿por qué no arrojarse de bruces, en el mar de la Muerte y
devorarlo?...
¿ por qué esperar que la Muerte nos devore?...
La Tristeza, no tiene asiento en el corazón del
Hombre Fuerte;
lo que germina en él, con la salvaje inquietud de una
noche de borrascas, es un odio meditativo y doloroso,
a ese gesto estéril de los hombres, ante los horizontes
del Dolor, y que se llama: la vida;
si la Inanidad, la Esterilidad, la Fatalidad de la Vida,
se le han mostrado absurdas y desnudas, sobre las costas
de la Certidumbre y de la Desesperanza,
¿cómo queréis que ese hombre viva?
si en la tarde de su Vida, ante los estandartes alineados
de sus batallas, siente que el desencanto, absorbente como
una noche del cielo, que devorara las estrellas, devora
todas sus ilusiones, y no deja una, una sola,
que ilumine con sus pupilas de oro, el azul ya negro
de su horizonte sin Esperanza;
si el amor de la lucha, que había sido su último amor,
el único sobreviviente a la derrota y a la muerte de todos
sus amores, muere de súbito en su corazón, plegando sin
estrépito sus alas, como una águila muerta de inanición
sobre una cima invisible, en el esplendor violeta de
un crepúsculo de Otoño;
si la Vida, esa miseria ascosa que él había logrado
embellecer con el rumor de sus combates y, los espejismos
de sus victorias, abre ante él su seno canceroso y vacío,
y, le hace ver que del fondo de sus entrañas inmisericordes
y corrompidas, no se puede extraer sino una
tempestad de gusanos...
¡seno estéril y pútrido, seno sin prestigios, que él,
había creído un cielo poblado de divinidades!
si ante el espanto de ver morir esa Ilusión, que era
toda su Vida, ve que sin ella su Vida no es;
y, ve, que muerto el Objeto de su Vida, él ya no vive,
sino que se sobrevive apenas...
y, es como un Muerto, de pie sobre la ruina de sus sueños
fastuosos y magníficos...
¡solo!
solo ante una tierra sin Esperanza, y bajo un cielo sin Ilusión;
solo, en el umbral del Espanto desquiciado ante los
huracanes del Abismo...
del Abismo, que lo atrae como un gran seno de mujer, desnudo...
¿por qué culparlo, si entra en ese Abismo y se entrega a los
vendavales que han de estrellarlo contra los muros
de la Eternidad?
¿Por qué?...
No;
la Tristeza del Vencido, no es la mayor Tristeza, porque ella
es algo así como los funerales de la Esperanza...
la Tristeza mayor, la Tristeza Infinita, la Tristeza
Inconmensurable, es la Tristeza del Vencedor; de quel que ha
triunfado, y ve que detrás de las cimas de la Victoria,
no hay sino el Imperio mudo de los sueños desvanecidos...
y, que el Triunfo, no es sino una Soledad,
que sigue a otra Soledad;
un desierto, después de otro desierto...
el perpetuo miraje, el perpetuo engaño, que es el fondo
de todas las cosas de la Vida;
que la Ficción, es el alma de Todo;
la Ficción, esa nube tras de la cual, no se oculta
ningún Sol;
que no poder engañar es una triste Impotencia;
pero no poder engañarse, es ya la más cruel de todas
las Impotencias;
que Comprender, es un Mal;
y, Saber, es un Mal aún peor...
que las alturas de la Certidumbre y de la Ciencia,
no ocultan sino una Verdad: saber que no hay cierto sino
la Incertidumbre y la Ignorancia sobre la Tierra...
he ahí el descubrimiento de los nautas mentales:
ver que tras del último límite de Todo, se extiende un
Continente: la Nada;
he ahí el Dolor del Argonauta, frente a la
Atlántida soñada;
¿quién de nosotros, no ha soñado una Atlántida,
a cuya conquista ha consagrado su Vida?...
no hallarla, debe ser un gran tormento, algo torturador,
como la sed en el Desierto;
pero, hallarla, y ver que se nos rompe entre las manos,
como una estrella de cristal... eso no es un Dolor...; eso,
es más que un Dolor; eso, es algo que queda más allá de
todos los dolores...
caballeros del Ideal, que hemos consumido nuestra vida,
en conquistar una rosa de los jardines del Ensueño...
y, esa rosa, nos resulta una rosa de cenizas...;
¿qué haremos, con el polvo que ha dejado en nuestras manos?
¿qué haremos?
amasar con él nuestras cenizas;
y, juntarnos a las suyas;
morir.
No culpéis de Inconstancia el pobre corazón del Hombre;
está demasiado ocupado en buscar la Verdad y la Ventura,
y en el seguimiento de esos dos fantasmas, ocupa la
fugitiva serie de sus días;
¿cómo queréis que sea constante, en el agitado vaivén
de ese perpetuo Engaño?
no se edifica en el fondo de un Miraje;
a no ser... otro Miraje.
Es Verdad, que lo más despreciable en el mundo serían los
sacerdotes; si no existieran los creyentes.
¿Qué es un donativo religioso?
una tentativa de soborno a Dios.
Las mujeres, han oído decir siempre que el periodismo
es el lenocinio de los hombres, como el lenocimio ha sido
hasta hace poco, la única publicidad de las mujeres;
y, de tal manera, han creído que la prensa es un lugar
de corrupción, que todos los esfuerzos del feminismo tienden
a la conquista de la prensa;
¿se cerrarán por eso los lenocinios?
tal vez no, pero, se multiplicarán enormemente
los diarios;
o se fundirán en una sola empresa;
y, las dos morales reunidas, asombrarán el mundo;
si después de haber leído la Yellow Press, le quedara
aún al mundo lugar para el asombro.
No se puede ser, amigo ni enemigo de Dios, por que
Dios no existe;
y, sólo se puede ser, partidario, o adversario, de
la Teoría de Dios;
de ahí, que la palabra: a-Teo, no me parece la
expresión real, de ese estado de ánimo;
a-teista, parece el término adecuado, para el negador
del Divino Absurdo;
¿cuestión de Gramática?
no;
cuestión de Teo-Logia;
ya que los hombres, en su ignorancia de las Ciencias (Logus),
las han inventado todas, hasta aquella de Dios(Téo);
resueltamente, entre Dios y el Hombre, no se sabe
cuál encierra mayor cantidad de Absurdo, ni cuál de los dos
merece más, el gozoso privilegio de nuestra risa;
lo grotesco reside en ambos, con heroica enormidad;
El Hombre es un animal talmente sexual, que cuando ante él
se dice la palabra Amor, ventea súbito el olor de la Hembra,
pues no concibe el Amor bajo otra forma;
de la Hembra nació, y a la Hembra va;
y, sin embargo, Amor, es más.
Amor, es Todo.
Amor de Divinidad.
Amor de Humanidad.
Amor de Inanidad;
en todas sus formas; por todas sus vertientes;
en todas las direcciones de su rosa náutica; EL Amor,
ES LA ESCLAVITUD.
Esclavitud religiosa.
Esclavitud social.
Esclavitud personal;
el Hombre libre, es el Hombre que no ama;
y, que no quiere ser amado; porque ser amado
es ser esclavizado;
libre es aquel, que ha renunciado al Amor en todas
sus formas;
el Hombre sin Dios, sin Patria, sin Familia, sin amigos;
el Solitario, atento a su propio corazón, en medio de
la selva de la Vida; esa selva agresiva y devoradora,
en la cual cada Hombre es un árbol hostil, pronto
a anonadarlo; un animal malo, pronto a devorarlo;
un hálito de muerte, pronto a matarlo;
el Hombre Libre, el Hombre Solo, queda sereno, en esta
enemiga selva, que anda como las selvas de Shakespeare,
y, anda contra él; la selva Hostil;
acurrucado en la Soledad, mira pasar la Vida;
procesión de fantasmas, empujados contra el Hombre,
por un viento de Fatalidad.
¿Dios? él, ya sabe lo que es ese Mito Implacable y
fatal, creado por la Estulticia de los hombres;
¿la Patria? él, conoce la Insensible Deidad;
vientre de Saturno, que devora sus propios hijos, o
avienta lejos aquellos que no puede devorar;
¿la Familia?... Abraham, ¿por qué levantas el hacha
contra tu Hijo?... Cam, ¿por qué insultas a
tu padre desnudo? Caín, ¿qué has hecho de tu hermano?...
Benjamín; ¿quién te vendió?...
¿la Mujer?... ¡oh, la esclava libertada! del veneno
de esa su libertad, muere el mundo occidental;
la Mujer en pie, es la Fatalidad en marcha; el Mal
es su séquito, la Tragedia va con ella: apartaos...;
la Mujer, en el lecho, es la Divinidad desarmada;
es allí, que merece ser Adorada; el lecho es su Altar;
llenadla de Oblaciones; ella es el Vaso del Placer
y el Ánfora de la Maternidad; id a ella;
dadle besos, muchos besos; coronadla de besos
hasta morir;
pero, no la dejéis ponerse en pie, seréis devorado
por ella;
la posición horizontal, es la única posición,
la posición natural a la Mujer;
cualquiera otra posición, es fatal a ella y al Mundo,
rompe la armonía del Amor y de la Naturaleza;
¡oh! ¡el Oriente! ¡cómo sabe el sabio y viejo
Oriente, de cosas de Mujer!
el Oriente, conoce el alma de las fieras;
¿no veis cómo las tigresas y leonas domesticadas,
vienen de Oriente?...
¿dónde están los grandes encantadores de serpientes?
en Oriente;
¿dónde nació Eva? en Oriente; como el Sol;
y, en Oriente fué domada;
la Soledad también está en Oriente;
¿el Carmelo? Oriente;
¿Patmos? Oriente;
los hombres de la Antigüedad, se refugiaban en los
montes para hallar la Libertad;
¡el Hombre Moderno, se ha descubierto a Sí Mismo;
y se refugia en esa Soledad!...
un corazón que no ama, es un desierto;
¿cuál Soledad mayor, que la Inescrutable Soledad
de nuestro corazón?...
refugiémonos en él;
para vivir en él;
y, morir sobre él;
SOLEDAD es LIBERTAD.
El Odio, encadena tanto como el Amor; no vale la pena
de libertamos de nuestros amigos, si hemos de hacemos los
esclavos de nuestros enemigos;
no amar; no odiar, eso es libertarse de la Vida;
el Desprecio, es el único Sentimiento que vive en el corazón del Hombre libre;
sólo el Desprecio no encadena;
Miramos el Pasado con rencor, porque en él hemos sufrido mucho;
miramos el Presente con pena, porque en él sufrimos mucho;
y, miramos el Porvenir con angustia, porque sabemos que en él
hemos de sufrir mucho;
¿de quién la culpa de tanta pena?
de nosotros;
de nuestra Cobardía;
pudimos matar el Pasado, y no lo matamos;
podemos destruir el Presente, y con él el Porvenir; y,
no los destruímos;
¿por qué, pues, quejarnos del Dolor y de la Vida, que cultivamos
con la Inercia de nuestras manos, y la Debilidad de
nuestro corazón?...
la Vida es el Dolor;
y, pues que amamos la Vida, suframos el Dolor;
y, si teniendo la Muerte al alcance de la mano, no la buscamos;
¿por qué entonces quejarnos del Dolor?...
tengamos siquiera el Pudor de nuestra Cobardía;
y, callemos.
El YO kantiano, hace mucho que ha muerto por inanición, sobre todo
en la mente de los idealistas;
y, el YO fichteiano, que ellos creyeron poder levantar sobre las
ruinas de aquél, no pudo ser, a causa de su inmanente esterilidad;
sólo el YO nietzscheiano, llena hoy el mundo, con la exultación
febricitante de su Yo Integral, y el Intuicionismo Idealista
de su Personalidad;
¿un YO hipertrofiado y paranoide?
sea;
pero, el único existente;
y, superior a todos los otros; que no sufren hipertrofia, por
falta de tener un Yo;
y, que no serán nunca paranoidea, por falta de materia gris,
donde albergar los sueños de su Paranoia.
Novahs, fundando y, proclamando un Yo Estético, sobre las ruinas
del yo Filosófico de Fichte, y del Intelecto petrificante de Goethe-
que no podía ser una noción de Idealidad para almas vivas-, afirmó
con esa Doctrina Intuitiva y Emocional, que el alma de las cosas,
es decir, la esencia misma de las cosas, no es, y no puede ser,
sino Arte y Poesía;
ese Panteísmo lírico, libre de la tiniebla de la frase que hizo
tan triste el de Lucrecio, ¿no os parece una alba de Renacimiento
sobre los cielos de Ática?
todo el Naturismo místico de Shelley, de Wordsworth, y de Ruskin,
que informan la Estética actual, viene de allí, y está latente
en las entrañas del Arte, lleno del ritmo y de la ensoñación de
esa paradoja sentimental, falsa y tierna,como una alma de Mujer;
de ella, se desprende tal Vida secreta, tal poder de Ideación,
tal fuerza de Intuición espiritual, y de transformación simbólica,
sobre el mundo y el alma de las cosas visibles,en su divina
apariencia de Verdad, que ninguna alma de Artista resiste a la
sugestión de esa teoría exquisita y vaga, llena de imágenes reales,
puras e intensas, y de un encanto emocional, difícil de resistir;
de ahí que todo el Hombre, y todo el Arte, estén vueltos hacia
el rostro de la Naturaleza, por ver salir de ella la plenitud de
la Belleza, al conjuro de la Divina Teoría;
¿mala esta Adoración de la Naturaleza, que penetra en el alma
del Artista, en grandes ritmos solemnes, llenándola de una
infinita emoción, grave y sonora?...
«le Grand Art, n'est rien que louange et qu'adoration»
La teoría filosófica de Jacobi, de que «el Sentimiento,
es una luz nueva, hecha para revelamos algo», puede ser la
estrella de Belén, que lleve caravanas de soñadores al establo
del Romanticismo, pero es una teoría falsa, flor de Ilusión
nacida en las cimas de la Metafísica, sin otra Vida, que la
que le presta ese cielo de visiones y prestigios, que los
hombres llaman: Fantasía;
falsa, pero bella, como todos los espejismos del corazón.
¡falsa!... y, ¿no son falsos los cielos?...
y, sin el cíelo, ¿hacia dónde volarían las aves?
El Positivismo anti-poético de Comte, como el nacionalismo mecánico
de Kant, nos muestran todos los Enigmas, sin darnos la clave de ninguno;
al Materialismo, fué reservada esta gloria;
él colocó al Hombre en el punto de la escala biológica, de donde había
sido arrebatado por las religiones, y, haciéndole ver fríamente
sus orígenes, le hizo ver más claramente su Destino.
Darwin, Drapper, Hegel, abrieron ante el Hombre el tenebroso horizonte
del Misterio, y le mostraron las remotas cimas desde donde bajan
las corrientes humanas, hacia el gran río de la Vida, que va tormentoso
y obscuro, al Mar Silencioso de la Muerte, y se pierde en él...
¿El Placer, es un dolor?
sí; cuando ha pasado;
¿el Dolor, es un Placer?
sí; cuando se ha ido;
el recuerdo del Placer perdido, ¿no os produce la sensación
misma de un Dolor?
y, el dolor que se aleja, ¿no os produce con su ausencia
un enorme Placer?
y, eso, porque no existe verdaderamente el Placer,
sino una censación momentánea del Dolor;
y, es, en espera de esos raros paréntesis de ventura, que
consentimos en vivir una larga existencia de Dolor;
así es el Hombre.
Se fija la atención de los hombres, hablándoles de sus Ideas;
pero, no se les conmueve sino hablándoles de sus pasiones;
¿queréis ser admirados por ellos? hablad a sus Instintos;
no levantéis vuestra prosa, ni vuestro Pensamiento más alto
de un metro, que es la mayor altura que tiene un cerdo...
no os pongáis a la altura de las Ideas, sino a la altura
de los apetitos; y, habréis triunfado;
porque el Hombre es eso: un Apetito que piensa.
Es, sólo por el abolengo del Dolor, que nos sentimos parientes de
todas las razas, y hermanos de todos los hombres;
es sólo en horas de Debilidad, que nos sentimos tomados de Amor
hacia la Humanidad;
¿os ha detenido algún Príncipe en la calle, para llamaros Hermano?
en cambio, ¿qué mendigo no os ha llamado así tendiéndoos con
tenacidad la mano menesterosa?...
la Fraternidad, es un grito de mendigos en la Noche.
La Soledad, está más cerca de la Ventura, no porque esté poblada
de mayor cantidad de placeres, sino porque está exenta de mayor
cantidad de dolores;
y, esa ausencia del Dolor, viene de la ausencia del Hombre;
el Hombre es un productor del Dolor, como los cuerpos son un
productor de calórico;
estar lejos del Hombre, es ir lejos del Dolor;
el Dolor, no está casi nunca dentro de nosotros mismos; es el
contacto con los otros, lo que nos produce el Dolor: por contagio,
o por herida;
la Soledad es pura, porque está libre del relente de los hombres;
la Soledad es segura, porque está libre de la presencia de los hombres;
porque sólo cuando estamos en absoluta Soledad, estamos con el único
ser que no nos hace mal,o nos hace el menos mal posible, por
temor de Torturarse.
La Piedad verdadera, no reside sino en el corazón de aquellos que
han amado mucho;
y, eso, porque sólo para aquellos que han sufrido mucho,
es comprensible y sagrado, el gesto del Dolor.
El don de ver grande, que hace los escultores monumentales,
hace también los escritores transcendentales;
y, ese Arte visible, ese Arte de lo Enorme, que hizo el Partenón,
y produjo a Esquilo; que creó el Moisés de Buonarotti, y el
Infierno del Dante; que fundió las creaciones de Homero, en el
mismo molde en que había de fundir luego las de Hugo; este Arte,
no gusta a los amadores de bibelotes, y de chistes a domicilio;
y, eso se explica;
¿qué impresión le producirá a una hormiga, la vista de una
Pirámide de Menfis?...
tal vez una impresión de Odio;
muy distinta sin duda, a la que siente el águila que pliega
el vuelo en lo alto de la Pirámide, y la acaricia con
la punta de sus alas...
cuestión de altura;
las grandes obras y las grandes cimas,
vistas desde abajo abruman;
es desde su altura, o por encima de su altura, que puede verse
su sublime enormidad;
¿abajo?
abajo es la Pesadumbre;
el Reino tenebroso de la Incomprensión.
Las cosas de la Naturaleza, no tienen otra alma, que la que nuestra
Emoción les comunica:
la Vida, es un estado mental de nuestro Yo, un paisaje, no está
en nosotros; somos nosotros, los que estamos en el paisaje;
el Paisaje, no tiene alma; somos nosotros el alma del Paisaje;
son nuestro Dolor, nuestra Alegría, nuestro Tedio, los que lloran,
cantan, o bostezan, en el seno de esa Naturaleza, de una aparente
plasticidad, que parece modelarse a nuestro capricho, y tomar las
modalidades internas de nuestro Espíritu;
¡vano miraje, de esa madre de los mirajes, que es la Naturaleza!
los gestos vagos de nuestra Vida, no influyen para nada sobre
la Inmobilidad Eterna de sus gestos; nosotros, somos los
conmovidos; ella, no se conmueve;
la Naturaleza es Insensible;
y, es nuestra Emoción, la sola Emoción que hay en la Naturaleza.
La vibración de la Vida en nosotros, es sonora y es lírica;
las imágenes exteriores, no valen de por Sí, sino según el estado
de nuestra conciencia artística, y su facultad de vibración;
la Vida es nuestro Yo;
nosotros, somos la Vida;
ella, no canta, ni llora, ni ama;
somos nosotros los que cantamos, lloramos, y amamos, en el
corazón sonoro de la Vida.
El Nosce te Ipsum; es estudiar a Dios.
Dios, soy Yo;
yo no vivo en Dios, como quieren vivir los místicos.
Dios vive en Mí; y vive por Mí;
y, eso, porque Dios no es, sino una Idea mía, dentro de Mí Mismo;
suprimid en Mí, el receptáculo de las Ideas, y la Idea de Dios
desaparecerá de Mí; y Dios morirá en Mí;
he ahí cómo una bala de revólver puede matar a Dios, rompiendo
las células de un cerebro...
roto el nido, muere el pájaro...
¡pobre nido, y pobre pájaro, que creó la Fantasía!...
Todo vive en nosotros; y fuera de nosotros nada vive;
la Vida de los otros, nos es indiferente o fatal;
no podemos vivir de ella, sino contra ella;
tenemos que destruir para vivir;
preservarse, es conservarse;
cada Hombre es un Universo aparte;
mezclarse, es eliminarse.
La Vida, es una ficción consciente, un sueño real;
la posesión efectiva de las cosas de la Vida, no está sino
en la Voluntad con que vivimos ese sueño;
porque la Vida, no es sino eso: una Voluntad de vivir;
y, nada más;
el Hombre, verdaderamente grande, es el que odia esa Voluntad;
y, voluntariamente la elimina...
ser Superior a la Vida, es la única manera de redimirse de ella.
Creemos descubrirnos, y no hacemos sino reencontramos;
somos viejos como la Vida;
nuestra niñez, nuestra adolescencia, nuestra juventud, nuestra
vejez, no son sino ficciones orgánicas, plasticidades caprichosas
al desarrollo de nuestra conciencia fisiológica;
tal vez, la única edad que no muere en el Hombre, es la niñez;
el Hombre, es el eterno niño, eternamente conmovido
y engañado;
en cierta edad de la Vida, nos engañan las pasiones; en la otra,
nos engañan las Ideas;
fatigados de sentir, creemos hallar el reposo en el pensar; y
el Pensamiento nos engaña, como el Sentimiento nos engañó también;
y, en el cosmorama, siempre infantil de la Vida, pasamos de un
engaño a otro engaño;
y, no escapamos de esos mercaderes de Esperanza que son las
Religiones, sino para caer en manos de esos mercaderes de
Certidumbre, que son las Filosofías;
y, no nos escapamos de este engaño tenaz, que es la Vida, sino
cuando caemos en ese pozo de los enigmas, que es la Muerte.
No comments:
Post a Comment